jueves, 20 de mayo de 2010

Llegamos Tarde.

Llegamos Tarde.

Era una noche de Julio de 1983. Los Dire Straits daban su, quizás, mas memorable concierto de su historia en Londres, Alchemy. Yo tenia 8 años y no sabia aun cuales eran mis gustos musicales. Hoy en día ese concierto me sigue levantando los pelos de los brazos. Ese es uno de los ejemplos a los que llegue tarde. Mi grupo musical de la infancia, Queen, perdió a su líder y figura carismática, Freddie Mercury, en 1991. Ese es otro ejemplo de que llegue tarde. Mi estilo musical se fue formando a golpe de desamor grunge o azucarado pop, restos de los 80 que quedaban atrás. Guitarras golpeaban sin piedad mis oídos con rock de rosas y pistolas y un DJ valenciano hacia mis borracheras mas amenas gritando conmigo esta si o esta no. En medio de esa locura siempre quedaba un rato para mirar atrás y disfrutar con cosas que me hubiera gustado vivir, pero a las que llegue tarde. Mike Oldfield y su Tubullar Bells, Pink Floyd, The Rolling Stones sin arrugas, incluso, si hubiera sido posible, una noche en la movida madrileña.

Pero seamos realistas, yo era un adolescente producto de la clase obrera. Mis héroes eran Arnold como maquina del terror al ritmo de AC/DC. Bruce Willis recibía una paliza en un rascacielos enorme y todos esperábamos que Indiana Jones volviera a usar el látigo como en 1989 (una vez mas, llegamos tarde).

Nuestros oídos buscaban algo en lo que anclarse, en lo que encontrar algo de luz. Platero y tu, amigo mío de idas y venidas al pueblo (ah, ese bendito pueblo), intentos locales, como Gris Perla lo intentaron. Pero siempre estaba esa sensación de que llegamos tarde. En la década de los 90 nos preparamos para ser los amos y señores del nuevo milenio. Lo teníamos todo controlado, todo hecho. Esta vez va a ser distinto, nos dijimos. Y la primera década del nuevo siglo resulto ser un fiasco. La música volvía al pasado, el cine volvía al pasado, la política volvía al pasado, la sociedad volvía al pasado. Y nos contentamos viendo a esas viejas glorias en concierto, The Rolling Stones, The Who, Neil Young…. Y los disfrutamos, pero una vez mas nos miramos al espejo y nos dijimos, llegamos tarde.

Hoy sobrevivimos a base de mezclas remasterizadas de discos de hace 40 años, de ediciones en DVD de antiguos conciertos. Miramos al presente y no vemos nada nuevo. Grupos que son copias de antiguos grupos, reinvenciones de la música sobre si misma por los mismos gurús, bandas que su tarjeta de visita es “el antiguo batería de…” En nuestra mano esta hacer algo en los años que siguen, en no creer mas en el canal, sino en el origen. Y, de una vez por todas no decirnos eso de “llegamos tarde”.

(Egoitz Gago)

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